Los Salmos
Arend Remmers
Visión general del Antiguo Testamento


150 Salmos
- Acerca del autor y de la fecha en que fueron escritos
- El propósito del libro
- Peculiaridades
- Resumen del contenido
1. Acerca del autor y de la fecha en que fueron escritos
Es muy probable que el libro de los Salmos sea el más conocido del Antiguo Testamento. Es una colección de 150 poemas o canciones de varios autores que está dividida en cinco libros (como el Pentateuco).
David escribió 73 Salmos los cuales hallamos principalmente en los libros primero, segundo y quinto. Doce Salmos llevan el nombre de Asaf, director del coro del templo de David (1.º Crónicas 16:7; 2.º Crónicas 29:30). Diez Salmos fueron escritos por los hijos de Coré (Salmos 42; 44; 49;84; 87), dos por Salomón (Salmos 72 y 127), uno por Moisés (Salmo 90), uno por Etán (Salmo 89) y uno por Hemán (Salmo 88). Los restantes 50 Salmos no exhiben el nombre de su autor.
En el Nuevo Testamento se le atribuye a David la autoría de los siguientes Salmos: Salmo 2 (Hechos 4:25) y Salmo 95 (Hebreos 4:7). Si sumamos estos dos Salmos a los 73 que llevan el nombre de David, obtenemos un total de 75 Salmos, lo que significa que él escribió exactamente la mitad del total de 150.
David realmente tenía capacidad para hacer esto. Era un formidable poeta, tocaba instrumentos musicales y cantaba (1.º Samuel 16:18; 2.º Samuel 23:1). Estaba lleno del Espíritu de Dios (1.º Samuel 16:13; 2.º Samuel 23:2) y a lo largo de su vida de fe había pasado por muchas experiencias junto a Dios. Muchas porciones de las Escrituras nos enseñan que David verdaderamente fue muy activo en cuanto a la poesía y la música (ver 1.º Samuel 18:10; 2.º Samuel 1:17-18; 6:5; 1.º Crónicas 6:31; 16:7; 25:1; 2.º Crónicas 7:6; 29:30; Esdras 3:10; Nehemías 12:24, 36, 45; Amós 6:5).
Algunas veces, David menciona en el encabezado del Salmo la razón por la cual lo ha compuesto: Salmos 3, 7, 18, 34, 51, 54, 57, 59, 60, 63, 142. También hallamos uno de estos encabezados en 2.º Samuel 22. En este capítulo leemos, palabra por palabra, un paralelo casi exacto del Salmo 18.
El Salmo 90 es probablemente el más antiguo: “Oración de Moisés, varón de Dios”. Moisés vivió en el siglo XV a. C. Sin embargo, la mayoría de los Salmos fueron compuestos en la época en la que David introdujo el canto en el templo (1.º Crónicas 25). En el tiempo de Ezequías ya se mencionaba este hecho (“conforme al mandamiento de David”, 2.º Crónicas 29: 25-30) y también se citaban los Salmos de David y de Asaf. Por lo tanto, los Salmos ya habían sido reunidos en una suerte de colección. Los últimos Salmos fueron escritos en la época de Esdras (siglo V a.C.). El Salmo 137 se refiere claramente a la cautividad babilónica. Según algunos investigadores, fue Esdras, sacerdote y escriba, quien completó la colección final de los Salmos (Esdras 3:10).
2. El propósito del libro
a) Propósito general
El libro de los Salmos es el primero y principal de la tercera parte de la Biblia hebrea, la que se denomina “los escritos” (del hebreo ketubim). La expresión “salmos” que leemos en Lucas 24:44, probablemente se refiera a toda esta tercera parte del Antiguo Testamento. La palabra hebrea es tehillim, es decir alabanzas (del hebreo hillil, que significa alabanza; compárese con la palabra hallelujah). La palabra salmo, que designa una alabanza particular, tiene su origen en el griego y significa canto con acompañamiento instrumental o ejecución de instrumento de cuerdas.
Los Salmos hablan al lector de la Biblia de una manera muy particular, porque los sentimientos de aquellos hombres que temían a Dios son expresados, ya sea en oraciones, confesiones, alabanzas o expresiones de dolor, más abundantemente que en otros libros de las Escrituras. El lector de la Biblia podrá verse reflejado en muchas de estas circunstancias, por lo que será especialmente atraído y enseñado por los Salmos.
b) Carácter profético de los Salmos
Sin embargo, lo que hemos visto en el punto anterior no agota el mensaje sustancial de los Salmos, puesto que los salmistas no sólo describen sus propios sentimientos. El Espíritu de Cristo ha trabajado en ellos, ha compartido con ellos tristezas y gozo y ha estado en ellos (léase Isaías 63:9; 1.ª Pedro 1:11). Este es el motivo por el cual hallamos a Cristo en todos los Salmos, y no sólo en los Salmos mesiánicos, de los que podemos considerar los siguientes: 16, 22, 24, 40, 68 y 118. Los Salmos mesiánicos se refieren a Cristo muy puntualmente. No obstante, en el Nuevo Testamento hallamos menciones de Salmos que también se refieren al Señor, y que no son mesiánicos. Debemos mencionar muy especialmente los siguientes:
- Salmo 2: 7: “Mi hijo eres tú, yo te he engendrado hoy” (Hechos 13:33).
- Salmo 8:6: “Todo lo sujetaste bajo sus pies” (Hebreos 2: 6-10).
- Salmo 41:9: “El que come pan conmigo, levantó contra mí su calcañar” (Juan 13:18).
- Salmo 45:6: “Tu trono, oh Dios, por el siglo del siglo” (Hebreos 1:8).
- Salmo 110:1: “Dijo el Señor a mi Señor: Siéntate a mi derecha…” (Mateo 22:44).
Podríamos agregar muchas otras referencias. Casi la mitad de todas las citas mesiánicas provienen de los Salmos. Si contemplamos el vínculo espiritual que había entre Cristo y los creyentes israelitas que escribieron los Salmos, entonces podremos percibir el carácter claramente profético de estos últimos. El Espíritu de Cristo estaba compenetrado con las experiencias y los sentimientos de aquellos creyentes israelitas. Los sentimientos y sufrimientos del Señor, como hombre verdadero y perfecto, son descritos de una forma muy conmovedora, pues ellos son una prueba del interés que Él tenía en su pueblo terrenal.
El carácter profético de los Salmos puede observarse en la descripción de la historia del remanente judío de los últimos días. Pero, recordemos, no son los eventos externos los descritos sino los sentimientos íntimos de este remanente. Esto explicaría las súplicas por castigo o venganza sobre sus enemigos (Por ejemplo, Salmo 137:9), las cuales resultan difíciles de comprender para muchos lectores. Los sentimientos expresados en esos Salmos provienen de creyentes, pero no de cristianos que pertenecen a la época de la gracia (léase Romanos 12: 17-21). Son los sentimientos de creyentes judíos que vivirán en los últimos días. Ellos esperarán la salvación de Dios y el justo castigo de sus opresores, especialmente del Anticristo.
c) Estructura de los Salmos
Para tener una clara y conveniente división del libro, debemos tener en cuenta el punto de vista profético; todas las otras divisiones que puedan realizarse son en mayor o menor medida inadecuadas. Es destacable que entre las estructuras similares que poseen los Salmos y el Pentateuco pueden establecerse ciertos paralelismos. El primer Salmo de cada libro presenta, por decirlo de alguna manera, un «título», y el último de cada libro concluye con una alabanza.
Libro I
El primer libro de los Salmos desarrolla el principio de separación que rige entre el justo y el injusto en medio del pueblo de Dios. En relación con esto, el Mesías es presentado como el Hijo de Dios (Salmo 2), el Hijo del hombre (Salmo 8), el Siervo sufriente (Salmo 22) y la verdadera ofrenda (Salmo 40). El nombre de Dios que prevalece en este libro es el del pacto, Jehová (mencionado unas 275 veces).
Libro II
En el segundo libro hallamos los sufrimientos del justo, quien, privado de toda bendición, vive en grande tribulación y por lo cual clama a Dios en su agonía (Elohim es mencionado más de 200 veces).
Libro III
El tercer libro describe el retorno del pueblo de Israel y la misericordia de Dios hacia ellos.
Libro IV
El cuarto libro comienza, estando ya el primogénito en el mundo habitable, con el reinado de Jehová (aparece 100 veces). Se refiere al comienzo del reinado del Hijo del hombre glorificado durante el Milenio, luego de haber salvado a toda Israel.
Libro V
El quinto libro presenta un resumen de los caminos de Jehová para con su pueblo Israel, como así también la alabanza que Él merece a causa de su misericordia (Salmos 111-113; 146-150).
3. Peculiaridades
a) Poesía hebrea
En la poesía clásica europea, ocupan un importante lugar la rima, el ritmo, la métrica y la división en versos. Pero la poesía hebrea es totalmente diferente. En ella no hallamos ni rima ni métrica; y la división en versos, tal como la conocemos hoy en día, también es algo desconocido en dicha poesía. No obstante, observamos una especie de división en el Salmo 119, constituida por ventidós párrafos de ocho versos cada uno que comienzan con la misma letra hebrea, es decir, los versos 1 a 8 comienzan con la letra aleph, los 9 a 16 con la letra beth, etc. (formando un acróstico). Al decir esto ya estamos mencionando uno de los recursos estilísticos de la poesía hebrea: la aliteración. Esta consiste en que las palabras del comienzo de cada párrafo son similares, no así las últimas. Una variedad de aliteración es comenzar cada verso siguiendo el orden sucesivo del alfabeto hebreo, como por ejemplo en los Salmos 9, 10, 25, 34, 47, 111, 112, 145; también en Proverbios 31: 10-31 y en Lamentaciones 1-4 (comparar con el Salmo 119). Otros elementos muy «pictóricos» que suele presentar la poesía hebrea son las comparaciones (ver Salmos 1:3; 22: 12-16).
Sin embargo, la característica más importante de esta poesía es el paralelismo. Este recurso permite remarcar o ampliar una expresión por medio de su repetición. Se pueden distinguir tres clases de paralelismos:
- Paralelismo por sinonimia: por ejemplo, en el Salmo 49:1: “Oíd esto, pueblos todos; escuchad, habitantes todos del mundo”. El mismo pensamiento es expresado dos veces con diferentes palabras.
- Paralelismo de antítesis: por ejemplo, en el Salmo 1:6: “Porque Jehová conoce el camino de los justos; mas la senda de los malos perecerá”. Aquí queda remarcada la primera expresión a causa del contraste que presenta la segunda.
- Paralelismo de síntesis (o de nexo): por ejemplo, en el Salmo 22:4: “En ti esperaron nuestros padres; esperaron, y tú los libraste”. La sentencia final completa y expande el pensamiento de la primera.
b) Encabezado de los Salmos
A excepción de unos pocos Salmos, todos los demás tienen un encabezado. Los 34 Salmos sin título son los siguientes: 1, 2, 10, 43, 71, 93-97, 99, 104-107, 111-119, 135-137, 146-150 (las palabras “Alabad a Dios o Alabad a Jehová no son títulos, sino que pertenecen al texto).
Los encabezados más importantes son:
Masquil: Hay 13 Salmos que llevan este título: 32, 42, 44, 45, 52-55, 74, 78, 88, 89, 142). Probablemente, masquil signifique enseñanza o instrucción.
Poema: Los Salmos 16 y 56 a 60 tienen como encabezado la palabra poema (en hebreo, mictam).
Cánticos graduales: Los Salmos 120 a 134 son cánticos graduales o canciones de las subidas, compuestos para ser cantados en los viajes hacia las grandes fiestas en Jerusalén o durante la subida al monte donde se hallaba asentado el Templo.
Al músico principal: Hay 55 Salmos de la época de David que tienen este encabezado. El músico principal ciertamente era el conductor del coro en el Templo. Por lo tanto podemos ver en este personaje una alusión al Señor Jesús mismo, quien dirige las alabanzas en medio de la asamblea (comparar Salmo 22:22; Hebreos 2:12).
Hay otras expresiones que no requieren ser estudiadas especialmente o que ya están explicadas en las diferentes ediciones de la Biblia.
4. Resumen del contenido
Primer libro (Salmos 1-41): La separación entre el justo y el injusto.
Salmo 1 | El justo y el injusto |
Salmo 2 | El Rey según Dios: el Mesías |
Salmo 3 | La confianza de David en el Dios inmutable |
Salmo 4 | La confianza de David en los especiales cuidados de Dios |
Salmo 5 | Jehová escucha el clamor de su pueblo |
Salmo 6 | Plegaria por misericordia |
Salmo 7 | Oración por el justo castigo del opresor |
Salmo 8 | El reinado del Hijo del Hombre |
Salmo 9 | Alabanza a Dios por la victoria sobre los enemigos |
Salmo 10 | Plegaria para ser salvados de los malvados |
Salmo 11 | El justo en medio de la maldad |
Salmo 12 | La confianza del justo en medio de la maldad |
Salmo 13 | Igual al 12 |
Salmo 14 | La ruina generalizada de la Humanidad |
Salmo 15 | Características del verdadero temor de Dios |
Salmo 16 | Cristo, el Hombre perfecto |
Salmo 17 | Oración del justo para obtener protección |
Salmo 18 | Alabanza a Dios |
Salmo 19 | El testimonio de Dios en la Creación |
Salmo 20 | La ayuda desde el Santuario |
Salmo 21 | Alabanza Real de victoria |
Salmo 22 | Los sufrimientos y la gloria de Cristo |
Salmo 23 | Cristo, el buen Pastor |
Salmo 24 | Cristo, el Rey de gloria |
Salmo 25 | Ruego por salvación y perdón |
Salmo 26 | Oración de un hombre recto |
Salmo 27 | El deseo de estar en la presencia de Dios |
Salmo 28 | Un clamor en la angustia |
Salmo 29 | El poder de Dios por encima de todas las cosas |
Salmo 30 | Alabanza por la ayuda recibida de Dios |
Salmo 31 | Salvado del enemigo |
Salmo 32 | La bendición del perdón |
Salmo 33 | Adoración al Creador |
Salmo 34 | La experiencia de aquellos que aman a Dios |
Salmo 35 | El clamor del que está afligido |
Salmo 36 | Los pensamientos del impío y la misericordia de Dios |
Salmo 37 | La confianza en Dios en medio de un mundo malo |
Salmo 38 | Los sufrimientos de los creyentes a causa de sus pecados |
Salmo 39 | Todo hombre es vanidad |
Salmo 40 | Cristo, el Siervo de Dios obediente |
Salmo 41 | Confianza, traición y triunfo |
Segundo libro (Salmos 42 a 72): Los sufrimientos del justo
Salmo 42 | El justo desea a Dios |
Salmo 43 | Continuación del Salmo 42 |
Salmo 44 | Estando en aflicción, el pueblo clama a Dios |
Salmo 45 | Cristo, Rey y Esposo |
Salmo 46 | Dios es refugio y fortaleza |
Salmo 47 | Dios es Rey |
Salmo 48 | La Ciudad de Dios |
Salmo 49 | La vanidad de las riquezas terrenales |
Salmo 50 | El justo juicio de Dios |
Salmo 51 | Confesión de pecados y arrepentimiento |
Salmo 52 | Condenación del malvado |
Salmo 53 | Apostasía de los malvados |
Salmo 54 | El clamor de los que temen a Dios para salvación |
Salmo 55 | Oración para la destrucción de los enemigos |
Salmo 56 | Confianza en la fidelidad de Dios |
Salmo 57 | Confianza en la salvación de Dios |
Salmo 58 | Dios se revela a sí mismo en juicio |
Salmo 59 | Auxilio para el desprotegido |
Salmo 60 | Lamentación en medio de una tremenda aflicción |
Salmo 61 | Dios es el verdadero refugio |
Salmo 62 | Dios es el único que salva |
Salmo 63 | Sed de Dios |
Salmo 64 | El fin de los enemigos |
Salmo 65 | Las ricas bendiciones de Dios |
Salmo 66 | El reconocimiento de la justa intervención de Dios |
Salmo 67 | Perspectiva de la bendición de Dios |
Salmo 68 | El cumplimiento de la liberación |
Salmo 69 | El lamento del Mesías rechazado |
Salmo 70 | Clamor por salvación |
Salmo 71 | Avivamiento del pueblo de Dios |
Salmo 72 | Anuncio del Reinado de paz |
Tercer libro (Salmos 73 a 89): El retorno del pueblo y la bondad de Dios
Salmo 73 | Un enigma y su solución |
Salmo 74 | La destrucción del Santuario |
Salmo 75 | Dios actúa en juicio |
Salmo 76 | Las poderosas victorias de Dios |
Salmo 77 | Retrospectiva de la fe |
Salmo 78 | Los tratos de Dios en la historia de Israel |
Salmo 79 | Oración a causa de la destrucción de Jerusalén |
Salmo 80 | Oración del pueblo por su aflicción |
Salmo 81 | El pueblo reunido renueva su esperanza |
Salmo 82 | Dios juzga a los jueces |
Salmo 83 | Oración por los ataques del enemigo |
Salmo 84 | El deleite de estar en el Santuario de Jehová |
Salmo 85 | El pueblo de Dios disfruta de las bendiciones prometidas |
Salmo 86 | El alma temerosa de Dios en humilde oración (este es el único Salmo de David en el tercer libro) |
Salmo 87 | Sión, la ciudad de Dios |
Salmo 88 | Una oración que surge de una profunda aflicción |
Salmo 89 | El pacto de Dios y Su fidelidad |
Cuarto libro (Salmos 90 a 106): El gobierno de Jehová en el Milenio
Salmo 90 | Dios es eterno y los hombres mortales (de Moisés, probablemente el Salmo más antiguo) |
Salmo 91 | La confianza ejemplar de un hombre en Dios |
Salmo 92 | Canción de alabanza en el Santuario |
Salmo 93 | Jehová reina en toda su majestad |
Salmo 94 | Clamor por justicia y venganza |
Salmo 95 | Alabanza a Jehová como Creador y Salvador de su pueblo |
Salmo 96 | Alabanza a Jehová como Creador y Juez de la Tierra |
Salmo 97 | La manifestación de Jehová como Rey |
Salmo 98 | Alabanza a Jehová, el Rey |
Salmo 99 | El reinado de Jehová |
Salmo 100 | La adoración universal a Jehová |
Salmo 101 | Los principios del gobierno de Jehová |
Salmo 102 | Dios manifestado en carne |
Salmo 103 | Alabanza de Israel por los designios de Dios |
Salmo 104 | Alabanza al Dios Creador |
Salmo 105 | Retrospectiva histórica: La fidelidad de Dios hacia Israel |
Salmo 106 | Retrospectiva histórica: La infidelidad de Israel para con Dios |
Quinto libro (Salmos 107-150): Resumen de los caminos de Dios para con su pueblo
Salmo 107 | Jehová libra de todas las dificultades |
Salmo 108 | La salvación futura |
Salmo 109 | La hostilidad hacia Cristo |
Salmo 110 | Cristo como Sacerdote y Rey |
Salmo 111 | Alabanza por las maravillosas obras de Jehová |
Salmo 112 | La bendición de Jehová a favor de los que le temen |
Salmo 113 | Alabanza al nombre de Jehová |
Salmo 114 | El poder del Dios de Jacob |
Salmo 115 | Sólo Dios merece toda la honra |
Salmo 116 | Alabanza a Dios por su ayuda en la aflicción |
Salmo 117 | Alabanza de las naciones (este es el Salmo más breve) |
Salmo 118 | Israel reconoce la verdadera piedra angular (este es el Salmo más citado en el Nuevo Testamento) |
Salmo 119 | Alabanza por la Palabra de Dios (es el Salmo más extenso) |
Salmo 120 | La solemnidad del temor a Dios |
Salmo 121 | Dios como protector de Israel |
Salmo 122 | La Casa y la Ciudad de Dios |
Salmo 123 | Fuente de ayuda para Israel en tiempo de tribulación |
Salmo 124 | Salvación en medio de la aflicción |
Salmo 125 | La perfecta seguridad |
Salmo 126 | Sembrando con lágrimas y cosechando con regocijo |
Salmo 127 | Bendiciones para la casa |
Salmo 128 | Bendiciones para la familia |
Salmo 129 | La mano poderosa de Dios |
Salmo 130 | Arrepentimiento y perdón |
Salmo 131 | Descanso y satisfacción |
Salmo 132 | La habitación de Jehová en Sión |
Salmo 133 | La bendición de la comunión entre hermanos |
Salmo 134 | La adoración en el Santuario |
Salmo 135 | El conocimiento y la adoración al verdadero Dios |
Salmo 136 | Alabanza de la misericordia eterna de Dios |
Salmo 137 | Recuerdos del exilio |
Salmo 138 | Alabanza a Dios por su salvación |
Salmo 139 | El corazón que anhela la presencia de Dios |
Salmo 140 | Jehová, fuente de socorro para el justo |
Salmo 141 | Oración del justo en medio de los malvados |
Salmo 142 | Jehová, refugio para el solitario |
Salmo 143 | Oración por liberación de la profunda aflicción |
Salmo 144 | La verdadera fuente de poder |
Salmo 145 | Alabanza a Dios en el Milenio |
Salmo 146 | Oración personal del justo |
Salmo 147 | Alabanza del pueblo de Dios |
Salmo 148 | Alabanza de la Creación entera |
Salmo 149 | Alabanza por medio de un cántico nuevo |
Salmo 150 | Final. Resumen de las alabanzas a Dios |
Arend Remmers
Traducido por Ezequiel Marangone