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Zacarías – resumen

Leslie M. Grant

"Y sucederá aquel día que haré de Jerusalén una piedra pesada para todos los pueblos; todos los que la levanten serán severamente desgarrados. Y contra ella se congregarán todas las naciones de la tierra."

Zacarías 12:3 (LBLA)

Zacarías ("Jehová se acordó") escribe en la misma época de Hageo, pero trata con la ciudad de Jerusalén. Le recuerda al pueblo que el disgusto de Dios con sus padres es la razón de anteriores castigos y servidumbre, una evidente advertencia de lo que la ciudad aún sufriría si ellos iban a ser como 'sus padres' (Zacarías 1:4).

Luego la profecía continua para mostrar de qué manera los ojos de Dios toman nota tanto de la culpa de Jerusalén como de la culpa de aquellas naciones que "la levanten". Es el centro terrenal de Dios, y Él no tolerará la orgullosa interferencia de los hombres, ya sea en antagonismo, o esgrimiendo el argumento de proteger la ciudad. Es Dios quien tratará con ella y la purificará: el propio gran Mesías, a quien traspasaron, aparecerá en la ciudad y producirá un profundo arrepentimiento que ninguna otra cosa podría producir (cap. 12: 9‑14). Entonces Él saldrá y peleará, y Judá peleará con Él contra sus enemigos opresores. Y Jerusalén será el gran centro de toda la tierra, con cada nación sometida en lealtad a ella, la ciudad del gran Rey (cap. 14).

Dejemos que esto hable hoy a nuestros corazones en el sentido de que el centro de Dios para Su Iglesia no está en la tierra, sino en el cielo. Es, verdaderamente, la bendita persona del Señor resucitado -y Él no tolerará ningún rival, ni nada que substituya, este Centro glorioso.