2a. Timoteo – resumen
Leslie M. Grant


"Por tanto, no te avergüences del testimonio de nuestro Señor, ni de mí, prisionero suyo, sino participa conmigo en las aflicciones por el evangelio, según el poder de Dios."
2a. Timoteo 1:8 (LBLA)
2a. Timoteo trata también con la responsabilidad individual en relación con la Iglesia. Pero Pablo escribe esta carta desde la prisión. Es, de hecho, su última epístola, escrita sabiendo que iba a ser enviado a la muerte por testificar del Señor. Aquí ya no habla de "la casa de Dios", sino de "una casa grande" (capítulo 2: 20); ya que aquello que una vez había sido la casa de Dios en cierta medida de pureza y verdad, se había degenerado al punto de permitir errores groseros y vasos de deshonra. Además, todos los que estaban en Asia habían abandonado a Pablo, indudablemente no deseando mas su enseñanza.
Pero él no se desanimó. En realidad, con un corazón gozoso él anima a este joven fortaleciéndole contra su propia timidez natural. Timoteo no debía avergonzarse del testimonio del Señor, debía trazar bien la palabra de verdad (capítulo 2: 15 - RVA), hacer completo uso de toda esa bendita verdad actuando con firmeza y decisión para Dios. Él no debe descuidar nada de ello, ya sea en la obra de evangelista o en el ministerio para el pueblo de Dios. El capítulo segundo muestra al creyente en ocho importantes aspectos de la vida y es excelente para cualquier alma que honestamente desea servir al Señor en el presente día.
De esta forma, este libro contiene un gran estímulo para el corazón que es recto en estos días de desviación y descuido espiritual. Declara la bienaventuranza de la provisión de Dios en vista de Su conocimiento previo de las presentes condiciones, para que, independientemente de cual sea la deshonra hecha al nombre de Dios por la Cristiandad profesante, uno pueda, con todo, ser fiel al significado del nombre Timoteo: <