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Jeremías – resumen

Leslie M. Grant

"Fueron halladas tus palabras, y yo las comí; y tu palabra me fue por gozo y por alegría de mi corazón; porque tu nombre se invocó sobre mí, oh Jehová Dios de los ejércitos."

Jeremías 15:16

Jeremías ("Jehová lanza" o "Jehová eleva") ha sido llamado el profeta lamentoso. Llamado por Dios, evidentemente a una temprana y tierna edad, él profetizó durante los reinados de Josías, Joacim, Joaquín, y Sedequías, y después de la captura de Judá y Jerusalén - al parecer cerca de cuarenta años en total.

Era de la familia de los sacerdotes, pero, al igual que Juan el Bautista, fue más un profeta que un sacerdote.

Es evidente el profundo dolor de su alma acerca de la condición del reino de Judá, pero él entrega fielmente el severo mensaje de Dios en el sentido de que los Caldeos llevarían a Judá a la cautividad. Con todo, aunque él fue afligido hasta el punto de angustiarse, es precioso el hecho de que haya escrito el versículo arriba citado; la palabra de Dios había penetrado en las profundidades de su ser, y en esto él encontró gozo y regocijo en el corazón, porque conocía la realidad del nombre de Jehová su Dios que era invocado sobre él. Aquí tenemos el gozo y la fortaleza en medio del dolor y la debilidad. Él tenía el corazón de un sacerdote y la fidelidad de un profeta.

Cuando Sedequías fue hecho cautivo y Judá fue hecha tributaria, a Jeremías se le permitió permanecer en la tierra, así como a otros, bajo la autoridad de Gedalías. Pero la desobediencia adicional por parte del pueblo que permaneció condujo a problemas adicionales. Jeremías continuó profetizando, pero sus palabras fueron rechazadas incluso por el remanente preservado. Su último capítulo es estrictamente histórico, pero demuestra la verdad de sus profecías.

Jeremías es un excelente libro para estimular a la perseverancia ante el pesar y la oposición.