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Lamentaciones de Jeremías – resumen

Leslie M. Grant

"¿Acaso nada os importa, a todos los que me pasáis de largo? ¡Mirad y ved, si hay dolor como el dolor mío, que me ha sobrevenido; con el cual Jehová me ha afligido en el día de su ira ardiente!"

Lamentaciones 1:12

Este es un libro del más profundo patetismo, escrito después de la cautividad de Judá, habiendo sido desolada la ciudad de Jerusalén. Con todo, el lenguaje mismo del profeta testifica claramente de la tierna preocupación del Señor por Su pueblo en todas sus aflicciones.

Si en un aspecto los dolores de Israel son considerados como causados por la maldad de sus enemigos (y Dios tiene esto completamente en cuenta), con todo, Jeremías siente también correctamente que estos vienen de la mano de Dios para castigar a Judá por sus pecados. Este es el lenguaje apropiado para aquellos que han sido ejercitados adecuadamente delante de Dios, en quebrantamiento y confesión.

Siendo Jeremías un sacerdote, él era alguien que sabía lo que en realidad significaba, 'comer la ofrenda por el pecado' (comparar con Levítico 6: 25,26); es decir, sentir en su propia alma el pecado del pueblo de Dios como si fuera el suyo propio, y confesarlo como tal. El libro tiene una muy importante trascendencia para los santos de Dios en el presente, especialmente al mostrar cuál llega a ser nuestra propia actitud ante el dolor y la confusión del testimonio público de la Iglesia de Dios en la tierra. El ministerio de este libro debería encontrar un verdadero lugar en la experiencia de nuestras almas. No es que estas cosas deberían desalentarnos en lo más mínimo, o malhumorarnos, sino que ellas deberían desarrollar en nosotros una actitud más seria y humilde, que implica una voluntad para afrontar honestamente la verdad tal cual es